viernes, 1 de enero de 2010

2009 o el giro impredecible

Hoy que vivo la primera hora del 2010, recuerdo el año que pasó como una escala importante de mi vida.

Ojalá y todo fuera como el 2008 y 2009. No sólo fue el viaje a Argentina y la intensa experiencia de vivir la inquietud e incertidumbre de no saber quién eres en territorio extraño, sino hacia dónde puedes enfocar tu vida.

Suena loco o exagerado, lo sé, pero regresar a México fue un viaje muy extraño. Y no lo digo por las nueve horas y media de vuelo desde Buenos Aires. A veces pareciera que pasaron tres o cuatro años y no uno del que estuve alejado. Mucha gente que te ve con extrañeza, otros que quizá no les parece que "me haya ido tanto tiempo". Personas que esperaban otra cosa de mí y "amigos" que no lo son más...o que quizá nunca lo fueron.

Regresar sin embargo, fue confirmar muchas cosas que percibí fuera de estas tierras. Puedo decir con orgullo que, pese a todo, el 2009 fue cosechar lo que sembré fuera de aquí, que me siento mucho mejor, que nada en mi vida nada está dado por hecho pero tampoco por perdido y que el futuro me pinta mejor.

La verdad es que aún extraño estar por Buenos Aires, recorrer muchos lugares de por allá, convivir con los amigos y sentir el ambiente futbolero que se respira cada vez que uno va al estadio. Pero también veo a mi país de manera diferente, con un futuro interesante por delante a pesar de todo lo negativo que se le pudiera encontrar. Todo menos en el futbol, donde quién sabe que pueda ocurrir por tierras africanas.

En fin, todas estas líneas que escribo ahora son para agradecerle al 2009 que me haya hecho más fuerte a pesar de las negativas, a pesar de las angustias, a pesar de los desencantos y a pesar de las decepciones, pero con la lección de que nada puede ser peor si me dedico a vivir mi vida y a perseguir todo eso que quiero.

Feliz 2010. Que sea para bien de todos.