viernes, 28 de diciembre de 2007

Top Ten 2007

En una época donde cada uno se da abrazos, consume alcohol en cantidades poco calculadas y se pasa horas en la oficina sin hacer prácticamente nada, he decidido por lo menos no aburrirme y recapitular lo que considero fue lo mejor del Deporte en el año que nos deja.

Como cité antes, el 2007 fue un año bochornoso, que trajo trampas y mucho doping, donde casualmente la mayoría de los protagonistas de dichas noticias fueron estadounidenses. Creo que es algo que se ha salido de control y lamentablemente, nadie se atreve a poner remedio a ello porque es más divertido (y productivo) vender los triunfos que las derrotas, sin importar como se den.

Pero más allá de todo esto que mancha y que deja un sabor amargo, hay que saber reconocer detalles que destacaron más allá de lo perverso y escandaloso, y que su importancia no se discute.

Esta es mi lista, sin orden jerárquico, de lo que sucedió en el año y que llamó más la atención en el deporte:

-Brasil en la Copa América: "¿Dónde está Ronaldinho?" "¿Y por qué no vino Kaká?", preguntaron muchos despistados antes de la polémica competencia realizada en Venezuela. Una de las selecciones brasileñas más criticadas de la historia, por jugar a la europea, por ser una selección B, por tener a un tal Wagner Love como centro delantero, se alzó con el título de la Copa América. En cambio Argentina, que iba con todo, se quedó sin nada. México cumplió a la perfección con la única promesa real de Hugo Sánchez en todo el año, el tercer lugar.

- Pachuca en el 2007: No recuerdo un año de un equipo mexicano con tantas altas y bajas. Durante el primer semestre, los Tuzos llegaban con toda la jerarquía de un campeón de la Copa Sudamericana y tumbaban, literalmente, a todo aquel que se le ponía enfrente. Y además, jugando como a todo mundo le gusta. Campeón de Concacaf, Campeón Clausura 2007, Campeón Superliga (donde se dieron el lujo de tumbar a Beckham). ¿Y después? Simplemente demostraron que hasta los que ganan todo, se cansan de ganar. Y eso pasó con el equipo que cerró en Japón, una de las historias más tristes del futbol nacional en un Mundial de Clubes.

- Kimi Raikkonen, campeón Fórmula Uno: ¿Recuerdan aquel finlandés que terminó ganando la mayor cantidad de carreras en una temporada, pero que al final tuvo que ver en el podio a otro piloto levantando la copa? Pues la vida da revanchas y te pone al alcance de lo imposible cuando menos te lo esperas. El 2007 parecía que iba a ser la misma historia, pero la consistencia esta vez fue el principal premio para el hombre de Ferrari que arrebató en el último suspiro el campeonato al mismísimo campeón Fernando Alonso y a un muchacho Lewis Hamilton que pintaba para ser el primer novato campeón.

- Roger Federer: Simplemente imparable. Por más que apellidos como Nadal, Nalbandian, Djokovic, etc, etc, traten de inquietarlo, el suizo sigue ahí, ganando torneos, incluso los importantes. No tendrá el carisma de un Connors o de un Borg, pero en una época donde las estadísticas y los récords lo son todo, el está a un paso de ser el mejor de todos los tiempos. Y seguirá ganando más.

- Milan, doble campeón en 2007: Qué importa que le quiten puntos en la liga italiana. Qué importa que el vecino presuma que lleva enemil unidades de ventaja sobre él y sea campeón del calcio, aunque sea en la mesa. Qué importa que cada semana, los medios pongan a su máxima figura en el Real Madrid. El conjunto rossonero puede presumir hoy de haber alzado, otra vez, las dos copas de futbol más importantes del planeta: Champions League y Mundial de Clubes. ¿Hay que demostrar más?

-La selección mexicana de futbol: Ya lo comenté antes en este blog ("¿Y alguien quiere una selección?"). Si quieren vender un producto de calidad, el equipo tiene que jugar como tal. Los objetivos de Hugo Sánchez en su primer año como DT, por más partidos ganados que le quieran poner a la estadística, no se cumplieron ni en un 50 por ciento y hoy hay más dudas que respuestas. Y si al Pentapichichi se le siguen acabando los argumentos y las palabras, también se le acabará el tiempo. Pero eso sí, para el 2008 esperen más dinero.

- La temporada NBA: Los Spurs de San Antonio de Tim Duncan, Tony Parker y Manú Ginóbili fueron los campeones. No es ninguna novedad en el equipo más ganador de esta liga desde que se fueron los Toros y Michael Jordan. Pero, ¿a alguien le interesa ver realmente los partidos de una competencia donde prevalece la fuerza y el empuje más que aquellas dosis de magia y espectacularidad que hicieron grande a equipos y jugadores que alguna vez fueron suficientes para conformar un Equipo de Ensueño? No lo sé.

- Potros y *Patriotas en la NFL: Por una parte, justicia divina. Peyton Manning pudo quitarse de encima las jetaturas y en su viaje a Miami, ganó el tan ansiado anillo que lo alejó de ser "el próximo Dan Marino". Por otro lado, en Foxboro presumen de efectividad y perfección. Pero, cuando se dan a conocer estrategias de espionaje, surge aquella duda de qué tanto se llegó tan lejos para ganar cada semana y mantener el invicto, por encima del talento propio. Sin embargo, lo más seguro es que Indianápolis y Nueva Inglaterra estén escribiendo en enero del 2008 una nueva página.

-Lorena Ochoa: Vaya "garbanzo de a libra". En un país donde el deporte sigue siendo más individualista que de conjunto, y en una disciplina como el golf donde la tradición y la cultura son inexistentes, Lorena demostró que domina más que cualquiera y que la cantidad de dinero que gana en el LPGA la compensa con talento, calidad y mucho carácter. Está de sobra escribir que es, por mucho, lo mejor que tiene el deporte mexicano desde hace un buen rato. Y le queda mucho camino por recorrer.

-Atlante, campeón en Cancún: ¿Querían llevar el futbol al caribe? Ya lo lograron. En una plaza inusual, donde por más que lo intentaron no pudo cuajar el beisbol, el futbol demostró que sigue siendo el mandón en cuanto a público se refiere, además de ser un cheque al portador cuando las cosas salen bien. Y encima, el Atlante, el otrora "Equipo del Pueblo", que con pocos recursos, buen futbol y mucho corazón logró sacudir a una ciudad que puede presumir algo más que las mejores playas del mundo.

martes, 18 de diciembre de 2007

El hechizo de la Princesa

(Este es un mini cuento o al menos un intento de, que lo tenía en la mente desde hace mucho tiempo. Parafraseando al gran Fito Páez, "cualquier semejanza con hechos reales, correrá por vuestra propia imaginación". Saludos.)

El iba caminando sólo en una vereda. Siempre se escondía en el mismo lugar, justo donde los amigos lo visitaban y donde el hacía lo que quería.

El vivía encerrado, decía que era feliz. Sus demás amigos lo invitaban a que saliera, pero el no hacia caso.

De cualquier forma, todos le decían que era el buen chico, pero que tarde o temprano lograrían sacarlo de ese lugar.

Sin embargo, un día el sólo decidió salir. Vivió momentos de angustia, de miedo, de lágrimas pero también se rió a carcajadas de ver que el mundo exterior era como un cuento, donde los demás juegan a ser grandes, a parecerse y a disfrutar cada instante de vida como si fuera el último.

No sabía qué era el amor. En ese lugar tan pequeño, las mujeres eran tan fugaces que se desvanecían en el ambiente y en los ruidos de las personas que buscaban un poco de comprensión y varias dosis de placer.

Pero nuestro protagonista sabía que tenía que llegar. Entonces, cuando el camino era cotidiano y la rutina asomaba otra vez, se la encontró. Estaba sola, desamparada. Ella pedía ayuda sin decir nada y extendía la mano para que alguien la alcanzara.

Ella no quería mencionar su nombre. Sólo quería que la llamaran "Princesa". "Eso es lo que soy, no me juzgues de otra forma", dijo ante nuestro personaje que aún no terminaba de digerir lo que veía en su rostro angelical, pero en sus ojos llenos de tristeza.

De repente, el chico que no tenía interés de salir de sí mismo, entró en el otro ser. "Te puedo ayudar en lo que quieras, pero no me dejes", le dijo la Princesa de la mirada angelical. Y el la recogió para llevársela a su lugar, a ese donde estuvo encerrado durante mucho tiempo.

Ahí, ambos aprendieron uno del otro. Entre risas, bromas, chistes y cualquier cosa que solo su mente pudiera imaginar, se enfrascaron en una relación en donde el acabó perdidamente enamorado. No sabía que existía ese ser, que la magia y la luz que ella irradiaba podría penetrar en cualquiera que abriera sus ojos.

Sin embargo, empezó el misterio. El quiso investigar su vida y se mató, al menos simbólicamente. Parecía que no había secretos en alguien tan radiante, pero hasta un ser con brillo ocultaba su lado obscuro. Entonces, en un minuto ella se alejó. El chico bueno con la mujer amada no lo podía creer.

Tras días de frustración y de lágrimas por parte de nuestro estimado personaje, la Princesa regresó. "Sólo te puedo decir que me quitaron a mi padre", reaccionó ella abrazando al chico que incondicionalmente la escuchaba. "Lo quiero, lo necesito, pero me decepcionó. Le guardo rencor, lo quiero matar. Siento que se me acaba el mundo", repetía una y otra vez sofocándose y pidiendo ayuda.

Ella sin embargo, no quería encerrarse. Salió a conocer el mundo y a otras gentes. Ahí se dedicó a hechizar a uno, a otro, a otro, y a otro más que indudablemente la quería tener cerca. El chico quedó abandonado y lamentándose el porqué había conocido un ser tan grande como ingrato.

Quiso acercarse a ella de nuevo. Y el segundo golpe llegó. "Te dije que no te metieras ni me juzgaras, cómo te atreves". Al chico que todo lo hacía bien, que veía la luz y el encanto que tenía su presencia, no daba crédito. Le faltó el aire, la vista se llenó de tinieblas y el pantano en el que de repente se metió estaba preparado para hacerlo tropezar una y otra vez, bajo la mirada y las risas de los animales que poco a poco lo iban dejando caer.

De repente se levantó. Quiso regresar al lugar confortable en el que había vivido, pero no quiso hacerlo. El hechizo de la Princesa lo seguía acompañando y como una especie de resaca que uno sufre tras pasar la noche en vela, decidió pararse en una colina, viendo el horizonte y el sol desde esa perspectiva lejana. Se acercó a una planta que yacía en el camino y se sumergió al olor y textura que producía dicho vegetal.

Se elevó hacia el cielo, en una zona de tranquilidad donde no había estado antes y se quedo estático, preciso. Estando ahí pensó que el rostro angelical de la mujer amada había sido un sueño, pero mientras iba bajando de regreso a la tierra, se dio cuenta que era real, que la había tenido, que la había tocado, que su presencia le provocaba reacciones y sensaciones que lo marcarían para el resto de su vida.

El chico que no había vivido, se sentía más vivo que nunca. De ahora en adelante sabía lo que tenía que hacer. Poco importaba que la Princesa hubiera desaparecido, el efecto duraría hasta la eternidad. Por eso, con más aplomo que nunca regresó a su lugar, con su gente.

Entró a un lugar de recreación donde estaban todos sus amigos. Ahí estaba ella. La mujer de los ojos tristes se le acercó y lo besó, sin decir palabras. "He decidido matar a mi padre, aunque sea de pensamiento. No puedo depender de él y de sus culpas. Tú deberías hacer lo mismo, matar tus demonios ya que te puede pasar y te puedes morir", le dijo mientras se alejaban de aquel lugar común, donde para no variar, el ruido de la multitud amenazaba con absorberlos.

El poco tenía que decir ante ella. El hechizo avanzaba y amenazaba con prolongarse hasta el amanecer. El estaría dispuesto a disfrutar ese momento, mientras ella le entregaba parte de su alma y su corazón, soñando que así fuera para siempre. El había encontrado todo en esa sensación de vivir.


Llegaron esos primeros rayos de luz y ella no estaba. Sólo un pequeño mensaje con una nota que se limitaba a decir: "Te veo después, a fin de cuentas ya te fuiste conmigo".

El se quedó pensando en cada palabra de esa nota y sabía que no tenía que pedirle que regresara. El caminaría hasta buscarla por todas partes, porque las princesas así son, siempre aparecen.

Tiempo después, sigue esperando que el hechizo vuelva a hacerse realidad.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Mi lado Grinch

Otra vez diciembre. Es un mes tan largo como dice la canción de los Counting Crows y pareciera que hago lo mismo cada vez.

No sé porque tengo que reflexionar y pensar en la "fraternidad entre los seres humanos", en la época de convivir y dar regalos (porque en mi caso, los TENGO QUE DAR) y encima, dejarme llevar por tanto mensaje que a fin de cuentas me lleva a emborracharme hasta el hastío en cada fecha decembrina donde ahogo mis penas.

Pensaba escribir en este espacio una reseña deportiva de lo mejor del 2007, pero me pongo a leer para recapitular cosas y la verdad es que no me nació. Siempre hay promesas sin cumplir y dinero que cobrar porque qué importa dar un poco de emoción a la gente que seguimos el deporte si a fin de cuentas todo se reduce a lo lucrativo.

No me pienso amargar la vida en diciembre (hace apenas dos años sufrí las consecuencias de ello). Pero por lo menos espero hacer algo diferente al hecho de que tenga que pasar estos días lleno de formalidades, de acercarme a los demás por obligación y donde a fin de cuentas no tenga que reclamarme por falta de sinceridad.

Sólo espero expresar a las personas que aprecio -y que creo que también me aprecian- que podamos encontrar un sentido a lo que viene el próximo año y que siempre vayamos en la búsqueda de nuestros propios deseos. Porque eso sí es importante compartirlo.

A todos ellos, un sincero abrazo y una felicitación por la mejor de las Navidades. Atte. el Grinch Zamo.