lunes, 30 de junio de 2008

Tres meses...y lo que venga

Buenos Aires.- Estoy cansado. Tengo que entregar un trabajo mañana y las ideas se me acabaron. Parece que se viene otro ataque de gastritis.

Me da por ponerme a pensar en los tres meses que tengo acá. Pareciera que no pero, ¡que intenso! Los días parecen lentos y largos. Pero no ha pasado uno en el que no aprenda algo, en que no descubra algo, en el que no mire hacia atrás y me ría, o me ponga a llorar.

Independientemente del tiempo que he disfrutado acá, de lo agradable que es estar en Argentina y de aquellas cuestiones que le llaman "de adaptación", el acto de ser reflexivo se convierte ya en una sana costumbre.

Además de todo lo que he absorbido de este país (prometo usar otro espacio del blog para hablar mejor del tema), mi necesidad de autocrítica ha llegado a un punto donde no permito ser duro conmigo mismo, al menos en temas en donde yo sé que las heridas que yo mismo me formé tienen ahora un respiro. Más que disfrutar de Buenos Aires (palabra curiosa), he decidido dejar atrás desengaños y reproches después de ocho años donde mi vida fue tan placentera como complicada.

Es curioso que, como recomiendan los pintores, te dediques a ver las cosas desde la distancia. Siento esa sensación de nostalgia y esas ganas de retroceder el tiempo en ciertas cosas que creo que hice mal o que deje de hacer, pero no me juzgo. Creo que los que ahora me abandonan por mis errores o por lo que no "supe hacer" saben que mi corazón siempre estuvo por delante y que mi voluntad para entregarme en ese momento ha sido fundamental en lo que soy ahora.

No quiero volver atrás, no lo necesito. Soy más fuerte porque ahora creo que depender eternamente de algo y esperar a que la vida te de una segunda oportunidad con alquien es una perdida de tiempo que no te recompensa en nada.

Ahora disfruto, ahora sonrío. Mi voluntad da para más y a ver que sigue.

miércoles, 11 de junio de 2008

Sólo pide que lo dejen en paz...

Buenos Aires.- "Charly García lo volvió a hacer". Pareciera, sólo por momentos, que el público argentino ya no se sorprende por lo que pasa día con día con sus personajes favoritos. El rockero está en la mira de todos sus críticos en su misión de seguir "demoliendo hoteles" y la nota de su detención en la ciudad de Mendoza es siempre materia dispuesta para el morbo y captar la atención.

Charly fue detenido y hospitalizado por una pelea con uno de sus asistentes el domingo pasado, y a pesar de haber pagado un seguro a los encargados del hotel donde se hospedaba, "por lo que pudiera pasar", pareciera que cada paso que da frente a los medios de comunicación y la gente que consume sus espacios, confirma un tanto más su locura ordinaria.

Mientras las noticias dan un posible final fatal a este nuevo escándalo de Charly García, el público argentino entra en el debate en cuanto a si es un ídolo popular tipo Maradona o solo un loco berrinchudo que a sus casi 60 años quiere seguir "la joda".

Lo cierto es que la historia de los personajes que van siempre en contra de la corriente parece repetirse. Es ese tipo osado que pretende estar poco dispuesto a ceder frente a un sistema que quiere regenerarlo y apegarlo a las "buenas costumbres". Cuando pasa cierta edad, la conciencia lo alcanza, y encima si tiene familia, se transforma y llega a la etapa de "madurez" y de "estabilidad" ante todos los que lo rodean.

Son pocos los que escapan a este estigma, si de música estamos hablando. La mitológica y ya-antes-comentada tripleta Morrison- Hendrix-Joplin pareciera haberse librado de este debate de supervivencia justo en el momento preciso. Años después, aunque no por ser "víctima de sus excesos", Lennon los alcanzaría, no sin antes lanzar un desafío a un sistema político estadounidense que lo condenaba por agitador y disidente.

No se pretende ver a Charly García como un mito histórico o un "ejemplo para la juventud", pero es indudable que siempre ha sido un punto y aparte, no solo en cuanto a capacidad musical sino al mantener su esencia en comparación al resto de los rockeros argentinos, llámese Luis Spinetta, Andrés Calamaro, Gustavo Cerati, Fito Paéz e incluso ahora, el "Indio" Solari. Y esa ha sido su propuesta de vida frente a todos aquellos que, sin éxito, han pretendido "regenerarlo".

"Yo soy Charly, tráiganme whiskey y Rivotril". El personaje que siempre quiere interpretar y que quizá hoy, a pesar de todo y desde la sala de un hospital, pide que así siga siendo.

River campeón

Buenos Aires.- Un grito contenido durante cuatro años. Los hinchas de River Plate celebraron en el obelisco, luego de un campeonato de liga que para muchos fue tan merecido como discutido.

El dramático partido ante Olimpo fue el reflejo más claro de lo que significó el equipo del "Millo", versión Diego Simeone, en el presente torneo: futbol ofensivo, garra, contragolpe y efectividad en el arco propio y en el rival.

Un equipo que no se quebró ante nada, ni ante las críticas, ni ante la penosa eliminación ante San Lorenzo, ni ante el supuesto desplante de Carrizo y Ahumada, quienes a fin de cuentas fueron elementos fundamentales en la obtención del título.

Como todo es cíclico en la vida, también el pasado y el futuro del club se hicieron presente, con el regreso de Ariel "Burrito" Ortega y el nuevo "Diego", de apellido Buonanotte.

En un país donde pareciera que todo es Boca, o el San Lorenzo de Marcelo Tinelli, "que lo mira por la tv", River reclama de nueva cuenta una parte de su historia y la obtención de su título 33 de liga, lejos de los 22 que tiene los xeneizes.

En este momento, todo acá es de River. Veremos cuánto les dura.

viernes, 6 de junio de 2008

Para decir adiós...

(Disculparán ustedes que nuevamente vaya a pecar de poco original, pero versos de Joaquín Sabina quedan apropiados en este momento para expresar algo que se quebró y que me cuesta trabajo digerir en propias palabras. Sólo espero que este fantasma desaparezca definitivamente y no vuelva a aparecer. Saludos)

Este adiós no maquilla un hasta luego.
Este "nunca" no esconde un "ojalá".
Esta ceniza no juega con fuego.
Este ciego no mira para atrás.
Este notario firma lo que escribo.
Esta letra no la protestaré.
Ahórrate el acuse de recibo.
Estas vísperas son las de después.
A este ruido,
tan huerfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón, podrido de latir.
Este pez ya no muere por tu boca
Este loco se va con otra loca.
Estos ojos no lloran más por ti.