(Nota escrita para la pagina de TV Azteca Noticias en septiembre de 2018)
Hace cuatro años, la ciudad de Buenos Aires era testigo de
una luz que se extinguía.
Un destello que permaneció encendido durante mucho tiempo y
no se sabía si algún día regresaría a la faz de la tierra.
Gustavo Adrián Cerati Clark batalló desde 2010 con un coma
producto de un accidente cerebrovascular que lo tuvo postrado cuatro años en
una cama de hospital. Si algún día despertaba, su vida no iba a volver a ser la
misma. Pero millones de fanáticos de Soda Stereo y de su carrera como solista
mantenían la esperanza de que su ídolo abriera los ojos una vez más.
Pero ese día nunca llegó.
Esa noche trágica del 15 de mayo de 2010 donde se desvaneció
en un concierto en Caracas Venezuela, Cerati terminaba la primera etapa de su
disco “Fuerza Natural”, el más controvertido de su carrera como solista. Sus
ojos cansados tras la última canción, “Lago en el Cielo”, ya presagiaban un
largo reposo, pero contrastaban con una sonrisa que no imaginaba que era el
principio del fin.
Habían quedado atrás los días del reencuentro de Soda Stereo
y la intensidad emocional que les llevó recorrer ocho países, recordando las viejas
glorias que convirtieron a la banda en la más importante del rock
latinoamericano, al menos en los ochenta y noventa, y a Cerati en un icono de
la música en español.
También una vertiginosa etapa sin Soda, donde Cerati recorrió
varios ritmos musicales y su vida personal daba vueltas como un remolino,
dándole en 2006 un primer aviso con una trombosis que no tuvo consecuencias
fatales.
Cuatro años de distancia sin él parece mucho tiempo. Pero para
Gustavo Cerati es un poco más que una eternidad.
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