jueves, 28 de abril de 2011

Dos días de Madrid



(reseña especial para TVC Deportes adaptada al blog)


Una eliminatoria de vértigo y llena de pasión futbolística rodeó durante dos dias la capital española con los dos equipos mas mediáticos de la actualidad, Real Madrid y Barcelona. Luego de un empate con sabor a poco hace apenas diez días y la conquista de la Copa del Rey por parte del conjunto merengue, el tercer capítulo del clásico español levantaba muchas expectativas sobre todo por los cruces, dimes y diretes que se profesaron los dos técnicos, José Mourinho y Joseph Guardiola. ¿Quién tiene la razón? ¿Quien es más triunfador? ¿Quién es más inteligente? Esas cuestiones llenaron los espacios de los medios de comunicación que esperaban que cada equipo luchara desde su trinchera.



Martes 26 de abril.- Real Madrid entrena en Valdebebas. José Mourinho entra a la conferencia de prensa y desata el primer explosivo , refiriéndose a Guardiola: “Yo no había conocido a alguien que criticará un acierto árbitral. No tengo pócimas para vencer al Barcelona, trabajo de manera honesta. Soy el mismo que perdió con ellos hace cinco meses. El ha empezado un nuevo grupo criticando a los silbantes. Pero el es así porque no está contento a raíz de lo que pasó en Stamford Bridge, en aquel partido ante Chelsea”.



Con la noticia de la ausencia definitiva de Andrés Iniesta, Barcelona se presenta a la práctica en el Bernabeu. Cansado de la presión y del acoso que significa la cita de Champions League, Joseph Guardiola no perdió tiempo, y en la misma sala del inmueble de Chamartín respondio de manera rasposa, las palabras de su contraparte: “Nos enfrentaremos en el campo, afuera ya me ha ganado. Le regalo su Champions particular, que la disfrute y se la lleve a casa. En esta sala él es el puto jefe, el puto amo y no quiero competir en ningún instante. Si nos ganan es porque son mejores. Pero nosotros defendemos un estilo, una manera de jugar”. La guerra estaba declaraba y efectivamente, no había más que hablar en el campo.



Miércoles 27 de abril, Estadio Santiago Bernabeu. Comienza el partido y cada uno sin salirse de su estilo. Barcelona toca y mantiene la pelota, Real Madrid a la zaga, con el multicitado trivote y con el contragolpe como su arma letal. Salvo atajadas aisladas de Casillas y Valdés, nadie se atreve a pisar el area contraria con claridad, y el frío futbolístico con el que termina el primer tiempo contrasta con la calentura que vendría minutos después.



Los jugadores de ambos equipos se enfrascan en golpes cuando van al vestidor y en la repartición se va expulsado el arquero suplente José Manuel Pinto. La amenaza está lanzada para el resto del partido.



Segundo tiempo. Luego de los roces y algunas protestas airadas, llega el escándalo. Al minuto 62, el Madrid se queda con 10 tras la expulsión de Pepe. Un molesto José Mourinho se va a la tribuna luega de una protesta al cuerpo arbitral y sonríe irónicamente viendo el acontecer del encuentro. Lo demás, fue consecuencia. Gran jugada de Ibrahim Afellay y remate de Lionel Messi para el primer gol. Otra jugada individual del argentino y el partido queda sentenciado. Dos a cero.



Los de la Casa Blanca no lo podían creer. Una vez más y con la costumbre de no perder absolutamente nada, Mourinho, genio y figura, enfrenta a la prensa y hace un nuevo ataque hacia el rival. Y las voces del Real Madrid, reflejan la frustración:



"Tienen un equipo fantástico (el Barcelona). Conozco a muchos catalanes y son gente honesta. Estoy seguro de que no les ha gustado ganar así. Porque ganar de esta forma no tiene el mismo sabor. Espero que un día Guardiola tenga la oportunidad y el placer de ganar una Champions entera, sin escándalos”.



Esa fue la historia de Madrid. Falta un capítulo más. No habrá tregua para los dos de aquí al próximo martes, pero tampoco quedarán huellas sin llenar. Estamos viviendo la consecuencia de cuatro trepidantes partidos que serán escritos en la memoria por ser el reflejo de dos estilos que se contraponen entre sí.


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