viernes, 28 de diciembre de 2007

Top Ten 2007

En una época donde cada uno se da abrazos, consume alcohol en cantidades poco calculadas y se pasa horas en la oficina sin hacer prácticamente nada, he decidido por lo menos no aburrirme y recapitular lo que considero fue lo mejor del Deporte en el año que nos deja.

Como cité antes, el 2007 fue un año bochornoso, que trajo trampas y mucho doping, donde casualmente la mayoría de los protagonistas de dichas noticias fueron estadounidenses. Creo que es algo que se ha salido de control y lamentablemente, nadie se atreve a poner remedio a ello porque es más divertido (y productivo) vender los triunfos que las derrotas, sin importar como se den.

Pero más allá de todo esto que mancha y que deja un sabor amargo, hay que saber reconocer detalles que destacaron más allá de lo perverso y escandaloso, y que su importancia no se discute.

Esta es mi lista, sin orden jerárquico, de lo que sucedió en el año y que llamó más la atención en el deporte:

-Brasil en la Copa América: "¿Dónde está Ronaldinho?" "¿Y por qué no vino Kaká?", preguntaron muchos despistados antes de la polémica competencia realizada en Venezuela. Una de las selecciones brasileñas más criticadas de la historia, por jugar a la europea, por ser una selección B, por tener a un tal Wagner Love como centro delantero, se alzó con el título de la Copa América. En cambio Argentina, que iba con todo, se quedó sin nada. México cumplió a la perfección con la única promesa real de Hugo Sánchez en todo el año, el tercer lugar.

- Pachuca en el 2007: No recuerdo un año de un equipo mexicano con tantas altas y bajas. Durante el primer semestre, los Tuzos llegaban con toda la jerarquía de un campeón de la Copa Sudamericana y tumbaban, literalmente, a todo aquel que se le ponía enfrente. Y además, jugando como a todo mundo le gusta. Campeón de Concacaf, Campeón Clausura 2007, Campeón Superliga (donde se dieron el lujo de tumbar a Beckham). ¿Y después? Simplemente demostraron que hasta los que ganan todo, se cansan de ganar. Y eso pasó con el equipo que cerró en Japón, una de las historias más tristes del futbol nacional en un Mundial de Clubes.

- Kimi Raikkonen, campeón Fórmula Uno: ¿Recuerdan aquel finlandés que terminó ganando la mayor cantidad de carreras en una temporada, pero que al final tuvo que ver en el podio a otro piloto levantando la copa? Pues la vida da revanchas y te pone al alcance de lo imposible cuando menos te lo esperas. El 2007 parecía que iba a ser la misma historia, pero la consistencia esta vez fue el principal premio para el hombre de Ferrari que arrebató en el último suspiro el campeonato al mismísimo campeón Fernando Alonso y a un muchacho Lewis Hamilton que pintaba para ser el primer novato campeón.

- Roger Federer: Simplemente imparable. Por más que apellidos como Nadal, Nalbandian, Djokovic, etc, etc, traten de inquietarlo, el suizo sigue ahí, ganando torneos, incluso los importantes. No tendrá el carisma de un Connors o de un Borg, pero en una época donde las estadísticas y los récords lo son todo, el está a un paso de ser el mejor de todos los tiempos. Y seguirá ganando más.

- Milan, doble campeón en 2007: Qué importa que le quiten puntos en la liga italiana. Qué importa que el vecino presuma que lleva enemil unidades de ventaja sobre él y sea campeón del calcio, aunque sea en la mesa. Qué importa que cada semana, los medios pongan a su máxima figura en el Real Madrid. El conjunto rossonero puede presumir hoy de haber alzado, otra vez, las dos copas de futbol más importantes del planeta: Champions League y Mundial de Clubes. ¿Hay que demostrar más?

-La selección mexicana de futbol: Ya lo comenté antes en este blog ("¿Y alguien quiere una selección?"). Si quieren vender un producto de calidad, el equipo tiene que jugar como tal. Los objetivos de Hugo Sánchez en su primer año como DT, por más partidos ganados que le quieran poner a la estadística, no se cumplieron ni en un 50 por ciento y hoy hay más dudas que respuestas. Y si al Pentapichichi se le siguen acabando los argumentos y las palabras, también se le acabará el tiempo. Pero eso sí, para el 2008 esperen más dinero.

- La temporada NBA: Los Spurs de San Antonio de Tim Duncan, Tony Parker y Manú Ginóbili fueron los campeones. No es ninguna novedad en el equipo más ganador de esta liga desde que se fueron los Toros y Michael Jordan. Pero, ¿a alguien le interesa ver realmente los partidos de una competencia donde prevalece la fuerza y el empuje más que aquellas dosis de magia y espectacularidad que hicieron grande a equipos y jugadores que alguna vez fueron suficientes para conformar un Equipo de Ensueño? No lo sé.

- Potros y *Patriotas en la NFL: Por una parte, justicia divina. Peyton Manning pudo quitarse de encima las jetaturas y en su viaje a Miami, ganó el tan ansiado anillo que lo alejó de ser "el próximo Dan Marino". Por otro lado, en Foxboro presumen de efectividad y perfección. Pero, cuando se dan a conocer estrategias de espionaje, surge aquella duda de qué tanto se llegó tan lejos para ganar cada semana y mantener el invicto, por encima del talento propio. Sin embargo, lo más seguro es que Indianápolis y Nueva Inglaterra estén escribiendo en enero del 2008 una nueva página.

-Lorena Ochoa: Vaya "garbanzo de a libra". En un país donde el deporte sigue siendo más individualista que de conjunto, y en una disciplina como el golf donde la tradición y la cultura son inexistentes, Lorena demostró que domina más que cualquiera y que la cantidad de dinero que gana en el LPGA la compensa con talento, calidad y mucho carácter. Está de sobra escribir que es, por mucho, lo mejor que tiene el deporte mexicano desde hace un buen rato. Y le queda mucho camino por recorrer.

-Atlante, campeón en Cancún: ¿Querían llevar el futbol al caribe? Ya lo lograron. En una plaza inusual, donde por más que lo intentaron no pudo cuajar el beisbol, el futbol demostró que sigue siendo el mandón en cuanto a público se refiere, además de ser un cheque al portador cuando las cosas salen bien. Y encima, el Atlante, el otrora "Equipo del Pueblo", que con pocos recursos, buen futbol y mucho corazón logró sacudir a una ciudad que puede presumir algo más que las mejores playas del mundo.

martes, 18 de diciembre de 2007

El hechizo de la Princesa

(Este es un mini cuento o al menos un intento de, que lo tenía en la mente desde hace mucho tiempo. Parafraseando al gran Fito Páez, "cualquier semejanza con hechos reales, correrá por vuestra propia imaginación". Saludos.)

El iba caminando sólo en una vereda. Siempre se escondía en el mismo lugar, justo donde los amigos lo visitaban y donde el hacía lo que quería.

El vivía encerrado, decía que era feliz. Sus demás amigos lo invitaban a que saliera, pero el no hacia caso.

De cualquier forma, todos le decían que era el buen chico, pero que tarde o temprano lograrían sacarlo de ese lugar.

Sin embargo, un día el sólo decidió salir. Vivió momentos de angustia, de miedo, de lágrimas pero también se rió a carcajadas de ver que el mundo exterior era como un cuento, donde los demás juegan a ser grandes, a parecerse y a disfrutar cada instante de vida como si fuera el último.

No sabía qué era el amor. En ese lugar tan pequeño, las mujeres eran tan fugaces que se desvanecían en el ambiente y en los ruidos de las personas que buscaban un poco de comprensión y varias dosis de placer.

Pero nuestro protagonista sabía que tenía que llegar. Entonces, cuando el camino era cotidiano y la rutina asomaba otra vez, se la encontró. Estaba sola, desamparada. Ella pedía ayuda sin decir nada y extendía la mano para que alguien la alcanzara.

Ella no quería mencionar su nombre. Sólo quería que la llamaran "Princesa". "Eso es lo que soy, no me juzgues de otra forma", dijo ante nuestro personaje que aún no terminaba de digerir lo que veía en su rostro angelical, pero en sus ojos llenos de tristeza.

De repente, el chico que no tenía interés de salir de sí mismo, entró en el otro ser. "Te puedo ayudar en lo que quieras, pero no me dejes", le dijo la Princesa de la mirada angelical. Y el la recogió para llevársela a su lugar, a ese donde estuvo encerrado durante mucho tiempo.

Ahí, ambos aprendieron uno del otro. Entre risas, bromas, chistes y cualquier cosa que solo su mente pudiera imaginar, se enfrascaron en una relación en donde el acabó perdidamente enamorado. No sabía que existía ese ser, que la magia y la luz que ella irradiaba podría penetrar en cualquiera que abriera sus ojos.

Sin embargo, empezó el misterio. El quiso investigar su vida y se mató, al menos simbólicamente. Parecía que no había secretos en alguien tan radiante, pero hasta un ser con brillo ocultaba su lado obscuro. Entonces, en un minuto ella se alejó. El chico bueno con la mujer amada no lo podía creer.

Tras días de frustración y de lágrimas por parte de nuestro estimado personaje, la Princesa regresó. "Sólo te puedo decir que me quitaron a mi padre", reaccionó ella abrazando al chico que incondicionalmente la escuchaba. "Lo quiero, lo necesito, pero me decepcionó. Le guardo rencor, lo quiero matar. Siento que se me acaba el mundo", repetía una y otra vez sofocándose y pidiendo ayuda.

Ella sin embargo, no quería encerrarse. Salió a conocer el mundo y a otras gentes. Ahí se dedicó a hechizar a uno, a otro, a otro, y a otro más que indudablemente la quería tener cerca. El chico quedó abandonado y lamentándose el porqué había conocido un ser tan grande como ingrato.

Quiso acercarse a ella de nuevo. Y el segundo golpe llegó. "Te dije que no te metieras ni me juzgaras, cómo te atreves". Al chico que todo lo hacía bien, que veía la luz y el encanto que tenía su presencia, no daba crédito. Le faltó el aire, la vista se llenó de tinieblas y el pantano en el que de repente se metió estaba preparado para hacerlo tropezar una y otra vez, bajo la mirada y las risas de los animales que poco a poco lo iban dejando caer.

De repente se levantó. Quiso regresar al lugar confortable en el que había vivido, pero no quiso hacerlo. El hechizo de la Princesa lo seguía acompañando y como una especie de resaca que uno sufre tras pasar la noche en vela, decidió pararse en una colina, viendo el horizonte y el sol desde esa perspectiva lejana. Se acercó a una planta que yacía en el camino y se sumergió al olor y textura que producía dicho vegetal.

Se elevó hacia el cielo, en una zona de tranquilidad donde no había estado antes y se quedo estático, preciso. Estando ahí pensó que el rostro angelical de la mujer amada había sido un sueño, pero mientras iba bajando de regreso a la tierra, se dio cuenta que era real, que la había tenido, que la había tocado, que su presencia le provocaba reacciones y sensaciones que lo marcarían para el resto de su vida.

El chico que no había vivido, se sentía más vivo que nunca. De ahora en adelante sabía lo que tenía que hacer. Poco importaba que la Princesa hubiera desaparecido, el efecto duraría hasta la eternidad. Por eso, con más aplomo que nunca regresó a su lugar, con su gente.

Entró a un lugar de recreación donde estaban todos sus amigos. Ahí estaba ella. La mujer de los ojos tristes se le acercó y lo besó, sin decir palabras. "He decidido matar a mi padre, aunque sea de pensamiento. No puedo depender de él y de sus culpas. Tú deberías hacer lo mismo, matar tus demonios ya que te puede pasar y te puedes morir", le dijo mientras se alejaban de aquel lugar común, donde para no variar, el ruido de la multitud amenazaba con absorberlos.

El poco tenía que decir ante ella. El hechizo avanzaba y amenazaba con prolongarse hasta el amanecer. El estaría dispuesto a disfrutar ese momento, mientras ella le entregaba parte de su alma y su corazón, soñando que así fuera para siempre. El había encontrado todo en esa sensación de vivir.


Llegaron esos primeros rayos de luz y ella no estaba. Sólo un pequeño mensaje con una nota que se limitaba a decir: "Te veo después, a fin de cuentas ya te fuiste conmigo".

El se quedó pensando en cada palabra de esa nota y sabía que no tenía que pedirle que regresara. El caminaría hasta buscarla por todas partes, porque las princesas así son, siempre aparecen.

Tiempo después, sigue esperando que el hechizo vuelva a hacerse realidad.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Mi lado Grinch

Otra vez diciembre. Es un mes tan largo como dice la canción de los Counting Crows y pareciera que hago lo mismo cada vez.

No sé porque tengo que reflexionar y pensar en la "fraternidad entre los seres humanos", en la época de convivir y dar regalos (porque en mi caso, los TENGO QUE DAR) y encima, dejarme llevar por tanto mensaje que a fin de cuentas me lleva a emborracharme hasta el hastío en cada fecha decembrina donde ahogo mis penas.

Pensaba escribir en este espacio una reseña deportiva de lo mejor del 2007, pero me pongo a leer para recapitular cosas y la verdad es que no me nació. Siempre hay promesas sin cumplir y dinero que cobrar porque qué importa dar un poco de emoción a la gente que seguimos el deporte si a fin de cuentas todo se reduce a lo lucrativo.

No me pienso amargar la vida en diciembre (hace apenas dos años sufrí las consecuencias de ello). Pero por lo menos espero hacer algo diferente al hecho de que tenga que pasar estos días lleno de formalidades, de acercarme a los demás por obligación y donde a fin de cuentas no tenga que reclamarme por falta de sinceridad.

Sólo espero expresar a las personas que aprecio -y que creo que también me aprecian- que podamos encontrar un sentido a lo que viene el próximo año y que siempre vayamos en la búsqueda de nuestros propios deseos. Porque eso sí es importante compartirlo.

A todos ellos, un sincero abrazo y una felicitación por la mejor de las Navidades. Atte. el Grinch Zamo.

jueves, 29 de noviembre de 2007

...Y ya son 32

Me despierto un año más viejo. He pasado momentos felices, eufóricos, excitantes, alucinantes, regocijantes, tristes y frustrantes. Hay días que tengo ganas de seguir la diversión pero también de mandarlos a todos al carajo, y siempre me levanto de la cama y vuelvo a empezar.

Han sido años de reseca emocional, donde todo me causa risa y un dolor de cabeza. Sigo buscando la pasión en mis sentimientos y en esa cosa que me hace darle sentido a mi vida. Sigo disfrutando de mi gusto por las mujeres lindas y poniéndome eufórico con buenas dosis de rock and roll.

El futbol es mi pasatiempo y mi trabajo pero, diría Jorge Valdano, aún tengo la esperanza de ver de vez en cuando algún partido que me apasione.

Mi familia siempre estará ahí, haciéndome reir, molestándome, cuestionándome. Si siguen así me voy a volver más loco, qué le voy a hacer.

Mis amigos van y vienen. Parecen que toman otro camino, pero siempre los vuelvo a ver. Como que hay algo que nos une y parece mejor recordar tiempos pasados que atormentarse por el presente.

No puedo seguir dándole vueltas a mi vida si no doy un paso seguro, pero tampoco puedo tomármelo tan en serio. Si todo fuera como beber una chela y reirse sin parar, no pasaría nada. Si no gastara mi tiempo en pensar en tantas tonterias y sentirme culpable incluso por lo que no fue, disfrutaría más en lugar de desesperarme.

Pero ya llegué a los 32 y por lo pronto, no me ha llegado la crisis de conciencia por la edad. Tengo capacidad de análisis por lo que he hecho y no, pero viéndolo bien, casi no me arrepiento. He tratado de dejar atrás "todo aquello que debería ser y hacer", porque a fin de cuentas nadie te lo puede decir.

Siempre busco la reflexión, a veces me obsesiono. Pero ya no me perdono el hecho de no ser yo mismo porque a fin de cuentas aquí estoy, casi tratando de sobrevivir a lo que me pasa y el hecho de disfrutar la vida sin ser tan dramático.

La nostalgia me invade aunque no quiera y eso me recuerda lo que soy. Pero sé que cada paso representa algo más grande.

En fin, es tiempo de celebrar. Tengo 32 años y me falta camino por recorrer. Pareciera que mi vida se acaba pero aún veo una ruta por delante. Por lo pronto, quiero brindar por ello y ponerme borracho, a guevo que sí.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Un poco de Soda...no basta (Parte 2)

La verdad es que rebasó mis emociones. Me puedo quejar de que a Cerati ya se le ve el paso de los años, a pesar de que sus capacidades de manejo de la guitarra siguen intactas; que Zeta no tiene la movilidad de antes y que Alberti estaba por momentos demasiado serio y desconectado. Asimismo, puedo protestar por la calidad del audio, de que el set-list del jueves y el viernes fue casí el mismo, que tuve que soportar a mucha gente que se quejaba ahí pero que no se sabía las canciones y que como suele pasar, me quedé un tanto insatisfecho en cuanto a todo aquello que les faltó por tocar.

Pero eso qué importa. Desde el jueves 15 estuve en primera fila dentro de las gradas del Foro Sol. Eran las nueve en punto de la noche y el lugar estaba todavía a la mitad de su capacidad. Por un momento pensé que no se llenaría, ya que el show iba a comenzar aparentemente en unos minutos, pero miles de personas estaban afuera del recinto a paso lento.

Pude ver gente de 30 años para arriba -como un servidor- esperando con ansias el comienzo del recital y alcancé a escuchar que uno de ellos platicaba con su hija cuando hace veinte años fue a ver al grupo a Guadalajara y a Puebla. "Esperé mucho para esto, ya vas a ver lo que es, no nos pueden fallar" dijo frotándose las manos, a lo mejor también por el frío que hacía. Lo más curioso fue ver a los fans de 20 años para abajo, aquellos que no disfrutaron de los mejores momentos de Soda Stereo pero que se sabían cada una de las letras.

Como ha sido a lo largo de la gira, el concierto comenzó con los primeros acordes de Juegos de Seducción y un "hola chilangos" de la voz de Cerati que fue coreado de inmediato. Como estampida humana, el Foro se llenó de inmediato y fue la señal de que todo podía empezara tomar su curso.

"Telekinesis", "Imágenes Retro", "En la Ciudad de la Furia", "Texturas", "Final Caja Negra" y el mix con tintes de reggeatón en "Zoom- Cuando Pase el Temblor" fueron algunas muestras que fueron levantando la temperatura en las siguientes dos horas y media, en donde el tradicional grito del "Oe, oe, oe, oe...Soda, Soda" era constante entre canción y canción.

Con ciertas cualidades demagógicas, Cerati jugaba su papel e invitaba al público a cambiar el espacio frío que reinaba en el ambiente por uno de los momentos más emotivos de la noche. "No sólo quiero ver la Luna, quiero ver más estrellas, pagamos mucho dinero por el móvil (teléfono celular), así que muéstrenme sus luces", invitaba el cantante a la multitud mientras entonaba la balada "Fue".

Ya cuando llegaron temas como "Persiana Americana, "No Existes", "Danza Rota", "Trátame Suavemente", "Sueles Dejarme Sólo" (con show de guitarra al estilo Pete Towsend, cortesía de Cerati), y la lógica secuencia "En Remolinos-Primavera Cero", la energía, la emoción y la nostalgia se combinaron entre los asistentes, que en su mayoría, mostraba cierto grado de euforía en el rostro conforme pasaban las canciones.

"De Música Ligera" cerró de la mejor manera la primera parte del concierto que para entonces llevaba casí las dos horas, por lo que mucha gente pensó que no había más y empezó a buscar la puerta de salida. Cinco minutos después, dos círculos giraban incesantemente en el escenario y dando pauta al "Disco Eterno", con el que los Soda regresaron y el público, también.

"Prófugos" indicaba que otra parte de la presentación terminaba y ahora nadie se movía de ahí, sabiendo que quedaba algo por venir. Si la poco conocida "Zona de Promesas" no fue tan bien recibida, las primeras notas de "Naaada, o,o,o, Nada Personal" desató el entusiasmo de los presentes, coreado como el himno de los ochenta que todo mundo cantó alguna vez y por si fuera poco, hubo tiempo para tomar muchas "Vitaminas", tema legenadario que cerró con broche de oro la velada más esperada por los soda-maniacos-chilangos- mexicanos de los últimos diez años.

De la noche del 16 no puedo decir mucho más, salvo que estuve unos metros más adelante, que me acompaño el buen "R" y me dejó su legado minutos antes de empezar, que estaba todavía exhausto consecuencia de la víspera y acabé peor, que presencié como "El Rito" hizo su aparición en lugar de la "Promesa", y que los todos los actores cumplieron una vez más su rol de satisfacer a más de los 55 mil fanáticos que se dieron cita en cada uno de los conciertos.

Creo que lo que menos me interesó de este regreso es el hecho de cuestionarme si regresaron por el dinero o por la emoción de tocar. La plata, indudablemente me la gasté, pero los gritos y los recuerdos es algo que siempre estarán presentes en un par de conciertos inolvidables.

martes, 13 de noviembre de 2007

Un poco de Soda...no basta (Parte 1)

No me he cansado. Desde que anunciaron su regreso, no he dejado de escuchar sus discos, de ver el DVD de moda, de meterme al Internet y leer a fans que son más fans que yo todavía, hablar del regreso de Soda Stereo.

Tengo que confesar que nunca les he perdido la pista, quizá porque soy de los que pensaba que esto no iba a volver a pasar y que cuando decían que no planeaban juntarse "ni locos", estaban hablando en serio. Por eso, decidí seguir de cerca la carrera de Cerati solista (tan criticado como admirado), y algunas noticias de Zeta y Alberti (muy pocas porque se fueron a no sé dónde). Pero ahí he estado.

Quizá mi fanatismo por Soda pueda interpretarse como un simple embrión de mi gusto por lo "argentino". Pero creo que va más allá. Justo en el tiempo en que Maradona captaba mi atención gracias a México 86, mi sentido de la música se limitaba a lo que los ochenta ofrecía. Lo inmediato era convivir con mi hermano y eschuchar a Supertramp, The Cars, Van Halen, The Police e incluso, Twisted Sisters. A la par de ello, me tuve que acordar que era un niño manipulado por los medios y vivir la época Timbiriche y demás cosas parecidas en la convivencia con los amigos.

Pero llegó 1987, y aunque se lea cursí, llegaron dos discos que me marcaron en mi forma de escuchar algo diferente: The Joshua Tree de U2, con todo el sentimiento y el feeling que tenían los irlandeses para componer e interpretar, más allá de sus capacidades, y Nada Personal de Soda Stereo, con el sonido de la guitarra y la voz potente -y diferente por lo menos para mí en aquel entonces- de Cerati junto al golpeteo de fondo que dejaban el bajo de Bosio y la bateria de Charlie.

Creo que a raíz de ahí, no me conformé con eschuchar cualquier tipo de música y más tratándose del "rock en tu idioma", slogan publicitario con el cual nunca llegué a relacionar a Soda.

Puedo nombrar a mil grupos de rock de los que me hice fan y de las diferentes épocas en donde disfrutaba escuchar desde Depeche Mode y The Cure hasta mi etapa "metalera" donde sentía realmente que cantaba como Axl Rose y tocaba la bateria como Lars Ullrich.

Pero el común denominador y lo que nunca me dejó fue Soda. Algo que siempre tenía presente, con canciones -y ahí voy otra vez de cursí- que se fueron convirtiendo como el soundtrack de mi vida.

Si bien es cierto que los primeros discos pueden ser los más emblemáticos, yo me quedo con Canción Animal y Dynamo, porque ahí llegaron al máximo de su fuerza, de su energía visceral y porque expandieron su parte creativa hacia espacios muy finos y a la vez, muy sólidos.

Sin querer sentí un vacío después de esa etapa y cuando regresaron con Sueño Stereo, creí que se habían ido diez años en lugar de dos, que se habían peleado con su pasado -como de cierta forma meses después ocurrió-, y tuve una sensación muy rara de que estaba oyendo algo de muchísima calidad que sin embargo, no era Soda.

Quizá de a poco me convencí de que tarde o temprano se separarían y eso derivaría en algo mejor. Pero aún así la despedida fue triste.

Lo mejor que vino después fue apreciar a un Cerati tan brillante como contrastante, tan artístico como electrónico y tan experimental como apegado a sus raíces. Zeta y Alberti mientras tanto, lucharon por sobrevivir lejos de esa sombra, sabiendo que los perseguiría toda su vida. Aún así, parecía lejano un reencuentro.

Ahora, como sea, aplaudo este regreso. Sin ponerme a pensar en el hecho que lo hacen por dinero o por el simple gusto de tocar, iré a los conciertos para darme el gusto de recordar, de disfrutar y de recrear en vivo diversas canciones que me definieron como persona, y con la calidad que sólo ellos saben hacerlo.

Soda Stereo está aquí y habrá que disfrutarlo.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Siempre será José Ramón

Los diarios lo adelantaban desde días antes. "José Ramón Fernández abandona TV Azteca". Chin, dijeron muchos. Otros como que hacían que no escuchaban nada y por ende, no dijeron nada. "Es muy tonto, aquí tenía todo, era como un rey, está loco", me dijo por su parte una persona de la televisora del ajusco cercana a él, más con tono de resentimiento que otra cosa, justo un año después de su salida por supuesta enfermedad y del espectáculo maravilloso que se montó al respecto.

No vamos a negar una admiración por la persona, el comentarista y el jefe. Son tres facetas diferentes que durante el tiempo en que lo traté siempre me quedaron claras. Puedo decir muchas cosas de él ahora y cierta gente me puede decir que lo sigo idealizando. Pero por lo menos para mí, sigue siendo la referencia más clara de lo que es un periodista y todo lo que eso significa.

Su lucha y su odio contra Televisa durante 34 años (y lo que falta) no fue en balde. El cuenta mejor que nadie lo que era trabajar en una television del Estado, con todo en contra y contra un rival que parecía gigante. El se encargó de demostrar durante ese tiempo lo que todo mundo sabía y nadie se atrevía a decir; Televisa era, por imposición, dueña irrefutable de la opinión y del tiempo libre de todos los mexicanos. No había de otra.

José Ramón no buscaba que todos odiaran a la otra televisora. Simplemente era exponer otro punto de vista que no cayera en lo simple, en lo vulgar, en lo absurdo, y sobre todo, era el invitar a la gente a no dejarse engañar en sus percepciones dentro de un país que de por sí casi siempre caía presa de sus propias mentiras.

Su imagen seria, parca, puntillosa, poco agradable a la vista de muchos hizo que ganara enemigos dentro de la opinión pública, del televidente, y de la gente del medio futbolistico mexicano, que sin embargo me atrevo a decir que lo elogía tanto como lo aborrece.

Como toda figura, creo que siempre y muy en el fondo buscó que todos apreciaran esa parte de él. Ese afan lo llevó muchas veces a la desesperación y en consecuencia, a mandar a todos al carajo de un sólo golpe.

Esa forma de ser no era sólo con sus aparentes enemigos. Su "gente", aquella que guste o no, ha vivido bajo su cobijo, ha caído en la contradicción de quejarse por la forma autoritaria de su jefe pero a la vez reconocerle su maestría, de una forma o de otra, sabiendo que el camino que deberían seguir nunca sería fácil o agradable

No todos es miel sobre hojuelas a la hora de hablar de José Ramón. Este servidor sabe de una historia dentro de su oficina donde un subordinado luchó durante una hora y media tratando de convencerlo del porqué debería salir "a cuadro" y ser comentarista. Implacable como siempre, le negó cualquier posibilidad de hacerlo, tratando de hacer añicos su autoestima con el único argumento de desquitar su furia. Después de que dicho personaje vivió la experiencia "José-Ramón", su perspectiva cambió para siempre.

El cambio de Imevisión a TV Azteca lo llevó a otras latitudes. El hecho de que Ricardo Salinas Pliego lo considerara su amigo, fue a la vez lo peor que le pudo haber pasado. Compartiendo ambiciones y experiencias en el desarrollo de una nueva televisora, la relación profesional entre ambos personajes fueron foco de atención para el resto de los ejecutivos de la empresa. El sentimiento de envidia y la lucha por sus intereres fueron motivos suficiente para tratar de tener a raya al monstruo del periodismo deportivo mexicano en una especie de guerra sin cuartel.

No quiero seguir escribiendo estas líneas en tono pasado, cuando ahora José Ramón ha cambiado de camiseta. Pero aún sigo sin imaginarme cómo será su vida en ESPN. Al parecer, ya no tendrá motivos de lucha, de retarse a sí mismo, de mantener viva la imagen del que está en contra de todos y de levantarse ante la adversidad. Parece que su vida ha dado un giro en donde está lejos del bien y del mal.

De cualquier forma, creo que ese es y será José Ramón Fernández hasta la muerte. El tipo duro, odiado, sensible por momentos pero decidido a seguir con su opinión que a fin de cuentas es lo que vale.

sábado, 20 de octubre de 2007

¿Y alguien quiere una selección?

Estoy en una taquería un miércoles por la noche. La televisión está prendida en el partido México vs Guatemala y mucha gente hace como que lo ve, pero la neta es que no le importa. Comienza el encuentro, y a los seis minutos, goooool de los chapines. Dos chavos a lado mío lo cantan y se ríen. "A ver como nos va", dice uno de ellos.

"Lo malo es que igual y no vamos a los Juegos Olímpicos", le responde el otro. "Tú creeeeeees?", "Uta, si están re mal, verdad?"

Tras cuatro de suadero, salí de ahí y la verdad es que después hice como el resto de la gente; entre que lo veía y no lo veía, tenía prendido el televisor y sólo volteaba a ver cómo se golpeaban los jugadores. Terminó el partido y los guatemaltecos, como irónicamente dijo al aire en la transmisión de TV Azteca, Christian Martinolli, festejaban como si hubieran ganado un partido del mundial.

Fuera del pobre espectáculo y del morbo que eso puede llegar a significar, comienzan las dudas: ¿A qué grado se está abaratando o encareciendo (como lo quieran ver) tener una selección de futbol? ¿De qué sirve tener al mentado Pentapichichi y sólo por su fama y ego, pagarle millones de dólares por declarar que las canchas de Estados Unidos son malas, y que no importa llamar a los "naturalizados" pero hay que importar jugadores noruegos y suecos ("los rápidos y los altos") para hacer una "selección de a deveras"?

Lo cierto es que la selección o lo que quieren vender de ella, ha perdido mucho de su orgullo y creo que el aficionado mexicano no se deja engañar. Si le pones un partido "de despedida" un miércoles por la noche en el Estadio Azteca ante Paraguay, no llega a los 60 mil aficionados. Y encima, el equipo pierde y los de la Federación Mexicana todavía se preguntan: "¿Por qué, si tenemos a Hugo?"

Estamos de acuerdo que nos encontramos en una época donde todo es negocio y hay que sacar agua de las piedras. Pero si el aficionado (ese que paga el boleto aunque suene trillado, la playera, los viajes de traslado y los entrenamientos de a 50 cada uno, nomás por no dejar) exige más de un conjunto que todo el día y a todas horas te vende el discurso de los "jugadores europeos", de tener la base de la "campeona del mundo sub-17" o, para resumir, "de la camada de jugadores azteca jamás-antes-vista", entonces como selección tenemos (o tienen, no lo sé) un problema.

También, trístemente, a Hugo se le están debilitando sus argumentos. Su fama de triunfador en el Real Madrid no le alcanza para, desde la banca, hacer jugar bien a una selección que juega para atrás (Sí, hasta con Guatemala), un "sistema" de juego que amontona en lugar de defender y que corretea a sus delanteros a no sabemos dónde. Muchos podrán decir el choro barato de: "es que la culpa no es de Hugo, en la cancha los jugadores juegan". Entonces, ¿dónde quedó el criticadísimo La Volpe, su táctica "erronea", su "pobre manejo", su "poca capacidad de motivación y entendimiento" con el jugador y la falta de "aquello extra" que se necesita para ganar?.

Si ya se han olvidado del orgullo de crear un equipo nacional competitivo y lo único que quieren es vender un producto de calidad, habrá que analizar cómo le piensan hacer. Porque hoy, jugando en la zona de Concacaf, ya no digamos ante Estados Unidos, sino ante Honduras, Costa Rica, Guatemala, todos los caribeños, etc... ya empiezan a escucharse dudas con tono de miedo de "a ver si calificamos a Beijing".

Creo que ante todo, la selección carece de solidez, de credibilidad y eso es grave. México puede quedar fuera de los Juegos Olímpicos, si de futbol estamos hablando...y para septiembre de 2008 seguir cosechando dólares, con Hugo en la banca, olvidándose de sus promesas en tiempos anteriores (porque ahora ya no, qué caso tiene prometer), cuando se sentía el mesías irrefutable .

Mientras tanto, la gente que ve a la selección aunque sea de casualidad, sigue en otra cosa.

jueves, 11 de octubre de 2007

Por qué eres tú

Por qué me sigo fijando en tí?

Por qué estás ahí y no existes?

Por qué me alejo y me extrañas?

Por qué eres un fantasma y a la vez, algo real?

Por qué me quieres y me rechazas?

Por qué me odias y te me acercas?

Quiero estar contigo y tú no estás.

No quiero nada de tí, pero siempre te tengo.

No te puedo callar ni un segundo, pero no me dices nada.

Es como desaparecer una sombra...

... siempre te sigue pero nunca te penetra.

Nunca te pregunta, pero te cuestiona.

Siempre te acaricia, pero no te deja en paz.

Si quieres algo de mí, mejor aléjate.

Pero nunca permitas que se vaya tu presencia.

Tu sonrisa y tu gracia,

casi inocente pero tan maléfica...

Y es que puedo vivir sin tenerte,

más no sin apreciarte.

Puedo amarte mil veces, pero nunca lo entenderías.

Puedo odiarte siempre y arrepentirme después.

Porque eres tú, porque eres vacía... y estás llena de tí.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Argentina

Del Obelisco a San Isidro. Desde Ezeiza hasta San Telmo. Veo y me asombro de la estructura de los edificios pasando por la General Paz y desde que bajo del taxi en la calle Bolivar, con el viento invernal en mi contra, puedo captar que he llegado.


Mi viaje a Argentina será, desde el 5 de agosto de 2007 para adelante algo significativo en mi vida. Descubrir un lugar que desde hace tiempo me causaba curiosidad y una admiración muy peculiar, fue un regocijo por el simple hecho de cumplir con algo que tarde o temprano sabia que iba a conocer.

Desde que empecé a interesarme en lo "argentino", por allá del 86 (preguntárle a Maradona), intenté indagar por un país por el que se tienen tantos prejuicios: que si son arrogantes, agrandados, vende humo o simples fantoches.

Aunque mucho de lo anterior podría ser verdad, creo que lo que descubrí en Argentina va más allá de eso. Un lugar donde la cultura se mezcla con una parte de la historia con un estilo que en lo particular, un servidor no conocía.

Los argentinos tienen mucho orgullo por su pasado, por su sentimiento, por su forma de ser. Ese afán de pertenencia que no se los quita nadie. Saben de dónde vienen y el trabajo que les ha costado llegar hacia donde están ahora. Su principal enemigo no es Estados Unidos, no es Brasil, no es Uruguay, no es Chile, no es Inglaterra. Son ellos mismos.

El fútbol (con acento, sí) no es "algo" que simplemente los entretiene los domingos. Saben que estando en la grada pueden encontrar en el crack o en el equipo cada semana, una forma de alimentar y destruir su ego, tan agrandado o tan bajoneado dependiendo de lo que les depara el destino. Aquí no hay medias tintas, o se es sublime o se fracasa.

La historia les ha enseñado a sufrir, pero también a levantarse de ciertas circunstancias. Siempre están esperando a otra Evita con quien sembrar una ilusión o un Gardel que les enseñe a llorar y crear nostalgia. "Un sentimiento", dicen ellos.


En las calles de Argentina ví la amabilidad de gente que espera un reconocimiento, una sonrisa de aceptación como una manera de reinvindicarse ante el mundo. Son criollos, no lo niegan, pero a fin de cuentas tiene esa calidez que sólo en Latinoamerica podemos observar.

Independientemente de todos los lugares turísticos del Gran Buenos Aires, que llevan gran parte de su encanto, se respira un respeto por su historia. Alemanes, españoles, italianos e ingleses intentaron conquistarlos de diversas formas, pero ellos sólo absorben y hacen suyo lo mejor de cada uno manteniendo su esencia.

Entiendo que el fenómeno Maradona fue un modelo de triunfo de todo lo que conjuga el ser "argentino": gracia, talento, autoestima, respeto por la esencia, conquista del territorio contrario, un sentimiento de venganza hacia el enemigo, y también la desventura del engaño, de la salida fácil, del cómo ser el rey de la tierra y bajar hasta el suelo, tan aplaudido como pisoteado.

Creo que al hablar de Argentina aún quedan cosas por decir y por descubrir. Lo cierto es que, a título personal, la curiosidad mató al gato y en ese sentido, seguiré enganchado en adentrarme al mundo "de lo argentino", y de ahí en adelante...

Hola a todos

Hoy me he decidido a crear un blog.

Creo que hacerlo es una buena manera de echar a volar mi imaginación, exponer cosas sobre mí mismo que nunca he hecho o simplemente un ejercicio de escritura sobre una herramienta que está de moda en nuestros tiempos.

He de agradecer a dos buenos amigos que me inspiraron a tomar este paso, desde diferentes perspectivas, como lo son Arturo Gutiérrez (el R) y Mónica Castelazo.

Justo en un momento de mi vida donde creo que por enésima vez estoy partiendo de cero (ya son varias), estoy divagando sobre las cosas que vendrán y la aventura que eso significa. Estoy dispuesto como nunca antes a correr riesgos en la búsqueda de ese algo más de ese espacio en donde no sólo este cómodo a que mi vida transcurra y pase sin que me de cuenta.

Este blog, por lo tanto, será una aventura donde exponga mis puntos de vista o mis caprichos (desde el punto de vista por donde se quiera ver) con tal de, como siempre, probarme a mi mismo. Por lo tanto, como diría el escritor José Agustín, hay temas que expondre aquí que no se concienten.

Espero que el que tenga la oportunidad de verme a través de este medio pueda preguntarme, cuestionarme y analizarme en base a mis opiniones y también criticarme desde el punto de vista de la escritura, habilidad en el cual no es fácil desarrollarse, mucho menos ser un experto en la materia.

Como sea, bienvenidos y de aquí para adelante.